jueves, 17 de abril de 2008

El árbol más antiguo del mundo, un abeto de Navidad


16/04/2008 EFE
Científicos de la Universidad de Umeå han encontrado en la provincia de Dalarna, en el noroeste de Suecia, una conífera de 9.550 años, el árbol vivo más antiguo registrado hasta ahora en todo el mundo. Se trata de una pícea de Noruega (Picea abis), una conífera de la familia de las pináceas que se encuentra en toda Europa, usada como abeto de Navidad en los países nórdicos, muy apreciada en jardinería y del tipo que se empleó para fabricar los violines Stradivarius.
Bajo la copa de una pícea de unos 4 metros de altura del parque nacional de Fulufjället, en Dalarna, se hallaron restos de su sistema de raíces en la capa de tierra superior pertenecientes a cuatro generaciones distintas, con una antigüedad de 375, 5.660, 9.000 y 9.550 años, señaló hoy Leif Kullman, profesor de Geografía Natural de la Universidad de Umeå (Suecia) y director de la investigación.
La edad de los restos fue determinada mediante el método del carbono 14 en un laboratorio de Miami (Estados Unidos). En América del Norte se habían encontrado ejemplares de pinos de 4.000 y 5.000 años de antigüedad. La longevidad de la pícea se explica por su doble capacidad para clonarse a sí misma, de modo que de las reservas de la raíz nacen nuevos tallos y tronco, y para adaptarse a los cambios climáticos, evolucionando de árbol a arbusto encogido sobre sí mismo.
A lo largo de la cadena montañosa sueca, que se extiende desde Laponia, al norte, a Dalarna, al sur, haciendo frontera con Noruega, los investigadores suecos han encontrado una veintena de píceas con más de 8.000 años de antigüedad. Kullman cree que estos hallazgos ponen en cuestión la teoría de que la pícea era una especia tardía llegada a Suecia, cuando en realidad fue una de las primeras en asentarse allí.
"Mis investigaciones apuntan a que la pícea invernó durante la era glacial al oeste o el sudoeste de Noruega, donde el clima no era tan duro, para luego extender sus semillas rápidamente hacia el norte a lo largo de la franja costera, y de ahí a las montañas suecas", resalta. La capacidad de adaptación de esta especie permite utilizarla para obtener pistas sobre los efectos del cambio climático en la actualidad.
El aumento de las temperaturas en verano de un grado en esta zona en el último siglo ha provocado que las píceas empiecen a enderezarse, abandonando su forma anterior e incrementando su altura, según Kullman. La investigación forma parte de un estudio sobre las poblaciones de árboles en Escandinavia durante la era del deshielo, realizado en colaboración con las autoridades provinciales de Jämtland y Dalarna.

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