sábado, 26 de abril de 2008

Un español atraviesa por primera vez el Ártico en bicicleta y en solitario


Recorrer en bicicleta 2.312 kilómetros a la temperatura de 25 grados bajo cero, cargando todo su equipo entre nieve, hielo y tormentas: esa fue la hazaña alcanzada por Juan Menéndez Granados, el primer español en atravesar en solitario el Ártico, desde Helsinki (Finlandia) hasta Cabo Norte (Noruega). Granados ha relatado hoy, en rueda de prensa, la aventura que duró 45 días, periodo en el que tuvo que superar desafíos físicos, como pedalear en la nieve; psicológicos, por estar solo; y logísticos, ya que no contó con sistema de localización GPS, ni teléfono vía satélite o cualquier otro apoyo.
A los 25 años, el atleta asturiano acumula experiencias de diversas expediciones en bicicleta, como por los Montes Urales (entre Asia y Europa) en 2006; por los países andinos hasta la parte brasileña de la Amazonia en 2005; y por Marruecos en 2004, siempre en solitario. "Faltaba experimentar el terreno polar", ha dicho Granados, que encara las expediciones como un modo de vida, en lo que se aprende mucho, "no solo con los retos físicos, sino con las personas y las diferentes culturas que encuentro".
El atleta, nacido en Pravia, pedaleaba entre cinco y seis horas cada día, siempre cargando 50 kilos de equipamiento, lo que incluía tienda de campaña, saco de dormir, ropa, herramientas, repuestos para la bicicleta y comida, limitada muchas veces a pan con queso. El momento más crítico del viaje fue una noche de frío intenso en la ciudad de Rovaniemi, capital da Laponia (Finlandia), en que tuvo congelado un dedo del pie: "me asusté un poco porque la congelación puede llevar a amputaciones, pero lo cuidé muchísimo y me recuperé", ha revelado.
Para informar de sus condiciones físicas y de su localización, enviaba un mensaje SMS cada día y, cuando llegaba a una ciudad con más recursos, actualizaba su página en Internet. Según el atleta, las temperaturas demasiado bajas no le permitían ningún momento de relajación y hasta montar y desmontar el campamento se volvían tareas "agotadoras", en las que tardaba alrededor de una hora y media cada vez.
La aventura, según contó, estuvo llena de incertidumbres sobre la meteorología y tuvo que enfrentar tormentas polares con vientos de unos 50 kilómetros por hora. Granados alcanzó su objetivo final -Cabo Norte- el último 3 de abril, después de 45 días de lo que fue la expedición más dura que ha enfrentado desde que empezó a "pedalear en serio" a los 14 años de edad.

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